"Enérgico y lleno de vida" son palabras que describen a un atleta joven, pero la pregunta es, ¿Cómo podemos conservar tanta energía para entrenar, estudiar y pasar tiempo con amigos?
La respuesta es simple; estos futuros atletas olímpicos deben mantener una dieta equilibrada que complemente todas sus necesidades energéticas.
Antes de comenzar, los padres deben analizar qué tipo de atleta es su hijo y planificar la dieta más conveniente con base en esa información. Otra alternativa sería obtener el consejo de un nutricionista o de su entrenador.
Para encender los “motores”, un joven deportista debe incluir en sus comidas la leche para evitar fracturas, carbohidratos para ganar energía, proteínas para fortalecer los músculos, vitaminas para el sistema inmunológico y grasas para tener combustible. Cuanto más equilibrada sea la alimentación, más posibilidades habrá de ganar.
Los padres también deben asegurarse de que frutas, verduras y pescado estén en el menú. Las verduras se pueden consumir en cualquier momento del día, mientras que los expertos recomiendan las frutas preferiblemente por las mañanas.
Además, es necesario tener una rutina previa al entrenamiento. Por ejemplo, comer dos horas antes de la práctica para evitar las náuseas en caso de que el proceso de digestión aún no haya comenzado. Lo peor sería competir o entrenar con el estómago vacío. Por eso es recomendable comer frutas, frutos secos o medio bocadillo un tiempo antes de la actividad física.
¿Alguna vez has escuchado que se debe consumir entre 2 y 3 litros de agua al día? En los deportistas este uno de los factores más importantes para un buen rendimiento. Es clave mantenerse hidratado mientras se realiza cualquier actividad física, para ayudar a reponer los líquidos que se pierden al sudar.
Cuando tu hijo combina una dieta equilibrada con la pasión en sus entrenamientos diarios y la perseverancia para lograr sus sueños, tiene el éxito asegurado. ¡Únete a ellos en el camino del deporte y edúcalos con tu ejemplo!